lunes, 25 de junio de 2012

Festival de Música Progresiva de Granollers



Ya empieza a ser hora de reivindicar el primer festival al aire libre de música Rock en España. En 1971, en Granollers. Con lo más avanzado de la escena Ibérica y la actuación de "The Family" grupo inglés que sustituía a los "Pretty Things" que no pudieron venir y a los "Pink Floyd" por inasequibles económicamente. Material que he encontrado: cartel del Festival,  anuncio aparecido en La Vanguardia, poco antes del festival, enlace a fotos de Xavier Vidal en "la websensenom" y articulo el REVISTA del VALLÈS sobre el concierto a cargo de Santiago Guix.


PRIMER FESTIVAL DE MÚSICA PROGRESIVA

Como todo el mundo sabe, se celebró durante los días 22 y 23 de mayo, en el campo de fútbol de Palou, el primer festival de música pop, con más de veinte horas ininterrumpidas de duración, con la intervención de 25 grupos más o menos encasillados dentro la música progresiva, que se celebra en España.
El Festival empezó a las seis de la tarde del sábado con el grupo Sexto sentido, mientras gran número de jóvenes impacientes empezaron a escoger los mejores lugares para poder ver y oir sus grupos favoritos.
Eran las siete menos algo cuando apareció en escena el grupo Fusión. Para mí fue de los mejores de todo el Festival, interpretando sólo cinco canciones, destacando el arreglo de Take Five, de P. Desmond, pieza que duró cerca de quince minutos, con grandes solos de batería y cambios de ritmo.
Después de la actuación de Fusión, unas nubes taparon por completo el sol que no volvería a salir hasta el día siguiente.
A las ocho y cuarto, apareció en escena el grupo Senso. Ya empezaba a anochecer y los asistentes empezaron a ponerse sus chaquetas, al mismo tiempo seguía llegando gente ininterrumpidamente.
Eddie Lee Mattison, famoso grupo de color, empezó su actuación a las nueve de la noche, con su fabuloso ritmo que les distingue de los demás grupos.
Era ya de noche y todo el mundo empezó a sacar sus bocadillos de las bolsas y mochilas o se los iban a comprar calentitos a la tienda que había en el Festival, junto a las otras donde se vendía Coca-Cola, cerveza y posters, collares y toda clase de camisetas. Con Eddie Lee Mattison el ambiente empezó a animarse y la gente se movía, saltaba y bailaba al ritmo del grupo. Entre las mejores piezas que interpretaron destacó especialmente Let the sunshine in de la comedia musical Hair. Al compás de la noche se encendieron moderadamente los focos del recinto futbolístico.
Evolution, fué el siguiente grupo en actuar, el campo de fútbol presentaba un magnífico aspecto, ya que por lo menos había unas dos mil personas. La mayoría escuchaban la música acostados o sentados en el suelo.
Yerba Mate, fue el último grupo que actuó el sábado y el primero del domingo, ya que su actuación terminó pasada la medianoche, también consiguieron bastante éxito, interpretando temas comerciales a base de improvisaciones muy de acuerdo con la línea del Festival.
Delirium Tremens, antiguo, Cerebrum hoy, salieron al escenario y gran masa de público rodeó el mismo donde actuaban para verlos mejor. Su estilo se puede clasificar dentro de la línea del grupo americano Grand Funk, o sea la formación está compuesta por bajo, batería y guitarra, la misma de los Cream, pero la forma de emplear los instrumentos es más salvaje y menos perfecta. Esto hace que llame mucho la atención del público. Fueron unos de los que gustaron más del festival.
Terminada la actuación de Delirium Tremens, empezaron a encenderse varias fogatas, con cañas y trozos de cajas de naranjas y limones para protegerse de la humedad que empezaba a apoderarse del ambiente.
El siguiente grupo en actuar fue Tucky Buzard antiguos The End protegidos de los Rolling Stones, procedentes de Inglaterra. Fueron los grandes triunfadores de la noche, su estilo se puede encasillar dentro del rock inglés de vanguardia. Sin duda el que lleva la voz cantante del grupo es el cantante, auténtico showman muy al estilo de Roger Daltrey del grupo Who que nos demostró las grandes posibilidades que tiene el grupo de triunfar en España, presentándonos en directo su último álbum grabado íntegramente en estudios españoles, con el acompañamiento de Waldo de los Ríos.
Pasadas las dos de la madrugada hizo su aparición el grupo Sangre, de Madrid.
Sisa, el único cantante solista del Festival, interpretó sus más disparatadas canciones muy en la línea de Pau Riba, que despertaron a más de uno que estaba durmiendo, cosechando grandes aplausos del numeroso grupo que aún seguía al pie del cañón.
Máquina, la famosa Máquina que hace pocas semanas hizo un recital en el Palau de la Música de Barcelona, junto a Enric Barbat, interpretó varias canciones, siendo la mayoría de ellas instrumentales. Su estilo se puede definir dentro la línea actual de Chicago y el free Jazz de Miles Davies. Durante la actuación de Máquina empezaron a entrar al recinto del Festival varios grupos vestidos con "smoking" que sin duda venían de la Cena de Gala contrastando grandemente con los hippies semi-dormidos en el suelo tapados con mantas o enfundados dentro del saco de dormir.
Con la actuación de Tapiman empezó a despuntar el alba, Tapiman es un grupo «progre» capitaneado por Tapi, antiguo componente de Máquina.
Cuando el grupo Dumagra empezó su actuación, el sol ya se asomaba por el horizonte, eran las cinco y media. Dumagra se dedicó exclusivamente a tirar gallinas del escenario, por si los hippies tenían hambre, y a despertar con sendos cohetes a los que empezaban a querer dormir. Esto irritó tanto al público que empezaron a llover toda clase de basuras sobre el escenario. Odisea, fue otro grupo que pasó sin pena ni gloria. Eran algo más de las seis de la mañana, cuando apareció en el escenario Pan&Regalíz, grupo que vino de Pamplona para actuar exclusivamente en el Festival. Con Pan&Regalíz ya se superaban las doce horas de música ininterrumpida, y con ellos pasó el mal humor de las primeras horas de la mañana.
Contraste el único grupo de Granollers que actuaba en el Festival, empezó su actuación con dos temas rápidos que despertaron la atención de muchos para después interpretar una pieza lenta Sumertime arrancando los primeros aplausos de la mañana, también interpretaron varios temas de percusión al estilo de Santana, con que demostraron la conjunción del grupo.
Después de Contraste vinieron las horas bajas del Festival, sin lugar a dudas por la poca calidad de los grupos que actuaron.
Pasadas las once de la mañana, cuando todos los asistentes en el Festival habían almorzado, Smash, el grupo protegido de Oriol Regas, hizo su actuación, presentándonos doce canciones todas ellas dentro de su nuevo estilo, mezcla entre la música progresiva y el flamenco, interesante mezcla que puede atravesar fronteras, ya que es original al máximo. Como es natural Smash interpretó su actual éxito El garrotín que fue muy aplaudido por el público.
Después de la actuación de Smash empezaron los preparativos para la actuación del famoso grupo inglés Family, auténticos triunfadores de la isla de Wight, preparativos que duraron casi dos horas ya que el equipo de Family pesa aproximadamente siete toneladas y antes de ponerse el equípo de Family tuvo que quitarse el que había en el escenario que pesaba otras tantas toneladas, maravillosamente instalado por sonorización Alberdi que dio más de veinte horas de fidelidad perfecta.
De la actuación de Family nos ocuparemos la semana próxima, ya que merecen, por su calidad, perfección y buen hacer en escena, un artículo aparte.
Terminada la actuación de Family los grupos de jóvenes asistentes al Festival, marcharon rápidamente en estampida.
Santiago Guix Quincoces

Salvador Dalí en Granollers



DALÍ HAPPENING 

Xavier Vinader. Revista FLASHMEN (Agosto, 1974)
Cuando empezó a aparecer en la prensa el anuncio-reclamo de que Dalí se aprestaba a realizar en la pequeña ciudad catalana de Granollers, un happening por todo lo alto, para el que reclamaba la presencia de mil chinos, el termómetro del interés subió bastantes grados en la región vallesana. 
Dalí es y continuará siendo noticia desde Figueres a Masachusetts. Su solo nombre, desde muchos años atrás, ha despertado oleadas de curiosidad y escepticismo a partes iguales por los cinco continentes. Dalí es un maestro en muchas cosas, pero el número uno en una sola. Dalí es el número uno en el arte del excentricismo. 
Principalmente por eso, “per veure quina una en fotrà ara aquest home” (para ver la que hará ahora este hombre), se reunieron el pasado 19 de agosto y al caer la tarde, un nutrido grupo de representantes de medios informativos, cameramans de TV, cine y fotógrafos tanto del país como de fuera. Además, claro, se reunieron en la plaza del Ayuntamiento de Granollers (la llamada popularmente Porxada), alrededor de 2.000 personas, venidas algunas de otras poblaciones de la región catalana. 
El happening parece que fue propuesto directamente por el genial pintor a la directiva del C.I.T. (Centro de Iniciativas y Turismo) de la localidad, organismo paramunicipal que empieza ya a tener en su haber cierta tradición de actividades espectaculares (exposiciones, festivales maratonianos de canción, etc.) realizados con el evidente propósito de atraerse un amplio sector joven, al tiempo que dan imagen y popularidad a la villa. Por eso, también a Granollers hay gente que la empieza a llamar ciudad-in o ciudad open, indistintamente.
Básicamente, el acto tenía que consistir en la pintura de una gran tela de 10 x 5 metros con la ayuda de ocho mangueras que se encontraban conectadas a unos barriles llenos de pintura de vistosos colores. Dalí, in person, iniciaría la labor y daría instrucciones o dirigiría la creación de la obra colectiva. Además, todo sería filmado por un equipo de la televisión alemana que había estado realizando con Dalí un programa especial titulado Viaje a la Alta Mongolia Occidental.
Para ello, el suelo de la plaza había sido acondicionado para la ocasión, recubriéndolo con un gran plástico transparente, sobre el que una diligente brigada municipal había extendido también buena cantidad de serrín. Las farolas, árboles y aditamientos ornativos más próximos al lugar en que se había colocado la tela, se hallaban asimismo protegidos por sudarios de plástico, lo que no dejaba de ser chocante e incluso daba a la plaza cierto aire propicio a una película de ciencia-ficción.
Dalí llegó pasadas las seis de la tarde, con sólo dos chinos (un modisto de 18 años que además es actor mímico y acróbata, y una modelo y actriz cinematográfica, que había conocido en San Francisco). También lo acompañaba una cohorte de mozas europeas vestidas a lo patricia romana y que no reparaban en mostrar al distinguido público buena parte de su generosa anatomía. La algarabía fue indescriptible. Todo el mundo quería ver de cerca al cosmogónico pintor y los sufridos guardias municipales se las vieron y desearon para resguardarle del envite de las masas. Pese a haber prometido que aparecería vestido de Gioconda, lo único que Dalí llevaba alusivo al famoso lienzo de Leonardo da Vinci, era un vistoso sombrero de copa adornado con varias fotografías del mismo y al que se habían pegado además varias caretas. 
La frustración de los asistentes empezó a aumentar, sin embargo, cuando tras iniciarse los manguerazos uno de los espontáneos pintores dirigió un chorro de pintura blanca sobre Dalí, que algo contrariado se refugió dentro del cercano Ayuntamiento. Al poco, y sin que Dalí hubiera dirigido nada, la tela era una extraña mezcla de colores a la que una treintena de artistas bastante jóvenes arrojaban más y más pintura con manguera o sin ella. Hubo momentos incluso en que algunos de ellos empezaron a lanzar pintura sobre los espectadores pasivos, lo que provocó más de alguna carrera y bastantes enfados. 
Más tarde, Dalí intentó bailar una sardana con los escasos chinos que se había traído sobre un podium emplazado exprofeso. Empeño inútil. Las escasas fuerzas del orden de la villa fueron incapaces de evitar la invasión de todo el recinto. Dalí, sus chinos, las niñas monas y la cobla La Verneda hubieron de retirarse rápidamente sin haber podido iniciar unos pasos. Luego, Dalí continuaría dejándose fotografiar dentro del Ayuntamiento pero no volvería al centro de la plaza, que ya los improvisados pintores habían convertido en una especie de lodazal pringoso en el que uno peligraba de quedarse pegado.
Dalí abandonó Granollers como había venido, con su Mercedes Benz de color gris, diciendo que aquello le había gustado mucho y todo “había sido un ensayo para lo que pensaba hacer el día de la inauguración del museo que lleva su nombre en Figueres”. Mientras, parte de los pintores continuaban la fiesta cantando y bailando completamente llenos de pintura de pies a cabeza. Fue únicamente entonces cuando la espontaneidad empezó a aparecer en el happening de Granollers. Sólo entonces. Por muy poco rato, demasiado poco, se pasó de una situación forzada a otra creada de nuevo. Pero a aquellas horas, la gente empezaba a retirarse tras haber visto los bigotes del divino muy de cerca y llevándose como recuerdo de la ocasión grandes manchas de pintura sobre el traje. Al día siguiente el consumo de quitamanchas debió aumentar de manera extraordinaria en Granollers.